A situação se repete. Tanto no Brasil como em outras partes do mundo a educação continua relegada a um segundo plano. É aviltante o que os governos estão permitindo que aconteça, comprometendo pesquisas cujos resultados muito contribuiriam para ajudar na melhoria da compreensão da vida e na sua qualidade. Por isso reproduzimos aqui uma nota dos docentes e pesquisadores em formação em Áreas Deficitárias da Universidade de Sevilha (Espanha).
La Junta destina más de 30 de millones de euros a formar investigadores que se ven ahora en la calle
Un centenar
de investigadores de diferentes universidades andaluzas —más de cuarenta solo
en la Universidad de Sevilla—, contratados bajo la figura de Personal Docente e
Investigador en áreas de conocimiento deficitarias por necesidades docentes e
investigadoras, se encuentran en estos momentos sin contrato o a punto de
quedarse sin él. Entre abril y noviembre de 2014, casi todos estos investigadores vieron cómo se acababa,
sin posibilidad de prórroga, una relación
contractual de cinco años con la universidad. Las bases que regulan el procedimiento estipulan tres fases de
contratación: un año de beca, tres de contrato predoctoral y por último, un
contrato postdoctoral sujeto a que el investigador haya obtenido el título de
doctor, condición que todo el colectivo cumple. De hecho, la mayoría de estos
jóvenes han obtenido ya la acreditación como Ayudante Doctor o Contratado
Doctor por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación
(ANECA) o la Agencia Andaluza del Conocimiento (AGAE), unos exigentes
reconocimientos de excelencia que no pueden hacer efectivos y que paradójicamente suponen la
puerta de entrada para concursar por una
plaza y promocionar en el ámbito universitario. Aunque estos investigadores han cumplido con creces los objetivos de sus
contratos y han llamado insistentemente a las puertas de la Junta de Andalucía
y de la Universidad para evitar el fin
de sus carreras profesionales, no han obtenido ninguna respuesta.
Esta
modalidad de contratos fue creada por la Junta de Andalucía, gracias a fondos
europeos, para paliar las deficiencias docentes y de investigación de departamentos
de universidades andaluzas, estableciéndose en 2008 y 2009 convocatorias públicas y competitivas. El
personal contratado en la convocatoria de 2008 ya ha agotado su quinto año y
actualmente se encuentra fuera de la universidad andaluza sin posibilidades de
proseguir su carrera académica. El
personal contratado en la de 2009 finaliza sus contratos el próximo septiembre. Se trata por tanto de un colectivo
dañado por el mismo sistema que ha invertido en él fondos públicos por valor de
más de 30 millones de euros en toda Andalucía, excluyendo gastos en estancias
internacionales de investigación, asistencia a congresos o materiales
experimentales, entre otros.
A pesar de
contribuir con la calidad y la excelencia de sus universidades así como de la
comunidad autónoma —con sus acreditaciones nacionales o autonómicas, experiencia
docente certificada, estancias nacionales y en el extranjero en centros de prestigio internacional, alto número de
publicaciones de impacto en revistas internacionales, publicación de libros,
etc.— tanto la Junta de Andalucía como la universidad pública se desentienden
totalmente de su situación, fomentando aún más el exilio obligatorio y la
precarización de la generación de investigadores mejor preparada de las últimas
décadas.
Sin tener
contrato ni sueldo, la mayor parte de estos jóvenes investigadores han continuado
su labor científica para concluir las actividades comenzadas durante estos
años, tales como la finalización de investigaciones, redacción y revisión de artículos
de investigación en revistas científicas, dirección de proyectos fin de carrera
y de trabajos fin de máster, etc. En cualquier caso, los investigadores de las
dos convocatorias están condenados a abandonar su carrera profesional en Andalucía
dado que no existe ningún plan de contratación estable de jóvenes
investigadores.
Una situación más que alarmante puesto que la estabilidad laboral de los
docentes es la única vía que puede presuponer la excelencia investigadora y
académica, así como la adecuada formación de los universitarios andaluces.
La difícil
realidad de estos investigadores es un fiel reflejo de los datos arrojados por el reciente informe del Consejo de la
Juventud de España, según el cual el coste
vacío para las arcas del Estado de la “fuga de cerebros” ronda los 4.000 millones
de euros al año. La generación que retrata este estudio está marcada por el
desempleo, la precariedad, la emancipación tardía, la sobrecualificación, y la emigración,
especialmente tomando como referencia a los 43.600 jóvenes que tuvieron que
desplazarse a vivir al extranjero en 2013. Salvo que la Junta o las universidades
andaluzas ofrezcan una salida laboral a estos jóvenes, muchos de ellos tendrán que emigrar, revertiendo así en
el extranjero los beneficios de una inversión
millonaria de fondos públicos españoles.
foto:http://www.tripadvisor.es/LocationPhotoDirectLink-g187443-d589318-i25091057-University_of_Seville_Carmen_s_Tobacco_Factory-Seville_Province_of_Seville.html
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